17 septiembre 2008

Aquellos maravillosos años

Escaneando fotos de Argentina me he encontrado con unas fotillos, y después de un rato trasteando con capas, colores y texturas...




14 septiembre 2008

Expo 2008

Ya es un poco tarde para que a nadie le sirva de guía o consejo, pero igualmente voy a hacer una pequeña crónica de mi visita a la Expo.

Antes de comenzar la crónica quisiera aclarar un par de cosillas:

  1. La organización era mejorable; no digo mala, pero sí mejorable; escasez de señalizaciones, voluntarios poco formados (encima que tienes gente trabajando gratis, por lo menos dales un poco de formación), cosas averiadas que no han aguantado ni los dos meses de expo, mala previsión en cuanto a la afluencia (si dicen que no han cubierto las expectativas... qué esperaban, que no te pudieras ni mover por el recinto?)
  2. La gente de Zaragoza huele mal. Soy poco amigo de los clichés y las generalizaciones, pero... aquí en Las Palmas no me ha ocurrido subirme a un taxi y tener que sacar la cabeza por la ventanilla para respirar, ni cruzarme con un grupo de personas a las 9 de la mañana y que el olor a sudor rancio te de arcadas (no me quiero imaginar cómo olería esa gente por la tarde)
  3. Acabas destrozado. Y eso que me lo tomé con calma.
Ahora sí, vamos al ajo. Entré corriendo, lo reconozco. Como los catetos. Pero es que me habían dicho que los 'fast pass' para El Hombre Vertiente se acababan enseguida, y que era lo que más valía la pena. Después de la carrera, acabé en la fila de uno de las muchas máquinas de fast-pass estropeadas... menos mal que un amigo me sacó el pase en otra máquina.

Al primer pabellón que entramos fue a Japón. Sólo 20 minutos de fila, y pudimos disfrutar de un audiovisual muy bonito, y un pabellón curioso, con unos altavoces de agua que me han dejado muy intrigado.

Después fuimos al pabellón de Marruecos, en el que no había fila pese a ser uno de los pabellones más bonitos de la Expo, con unas exposiciones pequeñas, pero curiosas.



Después fuimos al pabellón de Polonia. El polaco de la puerta nos mintió y engañó vilmente, y sus prometidos 15 minutos de fila se convirtieron en 40, que el pabellón, aunque estaba curioso, no se merecía. Además, el audiovisual, aunque currado, no te explica qué pinta ahí la sirena, y puede resultar un poco chocante si no sabes la historia.

Por culpa del polaco mentiroso, nos perdimos el principio de la cabalgata del Circo del Sol. Lo que vimos estuvo impresionante.



Entramos un momento al pabellón de las artes de Telefónica, que esa semana tenía una exposición sobre las otras expos (nada especial), y luego al pabellón de Bulgaria, que como pabellón no valía nada, pero tuvimos la suerte de pillar uno de estos espectáculos no anunciados que había de vez en cuando en muchos pabellones.



Nos fuimos a casa a comer, a descansar un poco, y a coger una chaqueta para la noche y el trípode, que no me apetecía ir cargando con él todo el día.

Por la tarde, visitamos el pabellón de Grecia (el estanque era muy bonito) y el pabellón de Turquía (con unas réplicas de fuentes), y a las 1900 teníamos el pase para el Hombre Vertiente.

Lo estuve comentando con bastante gente, y todos coincidíamos en que era harto injusto que la gran mayoría de los visitantes se quedara sin ver El Hombre Vertiente. Al margen de las causas de fuerza mayor (como el accidente que obligó a eliminar el tercer acto durante un tiempo), teniendo una estimación de 8 visitantes, poco más de un millón pudieron ver el espectáculo (4 pases diarios, y un aforo de 3000 personas).

Estaba prohibido grabar el espectáculo, y aún así... verlo en tutubo no tiene nada que ver con la sensación de verlo en vivo. Os lo juro, era visualmente de lo más impactante que he visto en mucho tiempo.




No he encontrado nada del segundo acto, y esto es lo mejor que he podido encontrar del tercero. Lo siento.



Después del espectáculo nos fuimos a Malasia, que no tenía nada especial, y al Caribe. A la entrada del pabellón del Caribe había una reproducción de una tormenta tropical, bastante curioso, y el interior del pabellón estaba muy bien decorado, simulando una calle de casitas tipo colonial, una para cada país.

Después subimos a la Torre del Agua, que me pareció el timo del siglo. Te hacen subir la torre andando, y arriba lo único que hay es un bar. Las vistas, para colmo, son una mierda, porque la estructura del edificio apenas deja unas ventanas triangulares... y los cristales estaban sucios.

De ahí fuimos a ver el Iceberg. La verdad es que los espectáculos propios de la expo me han encantado, los tres. El iceberg es conceptualmente excepcional, aunque para mi gusto la elección de las imágenes proyectadas se queda entre aguas, y no consigue impactar realmente.




Después del Iceberg nos dimos un paseo por el recinto de la Expo, y echamos alguna fotillo nocturna. Y acabamos para el arrastre.




No dejeis de pasaros por la galería de Picasa, o mi otro blog, donde hay muchas más fotos.