20 agosto 2010

Ruta por las Vegas de la Comunidad de Madrid

La Comunidad de Madrid tiene algunos itinerarios turísticos, como la Ruta por los Castillos, Fortalezas y Atalayas, y la Ruta por las Vegas.


Estas dos rutas están diseñadas, documentadas y señalizadas de manera irregular, y se alternan cosas que realmente vale la pena ver con cuatro piedras olvidadas en medio de un cerro (en el primer caso) o lavaderos cubiertos (en el segundo) que pueden tener más o menos interés para estudiantes de arquitectura o historia, pero a la gente de a pie en general, y a mi en particular, nos la pelan bastante.

El fin de semana pasado, sin otro plan mejor, alquilamos un coche e hicimos una mezcla extraña de ambas rutas. Todas las fotos, en Picasa.

El sábado visitamos la zona de Alcalá de Henares, comenzando el día en Santorcaz, y de ahí fuimos a Alcalá de Henares, sin duda uno de los aciertos del fin de semana. El casco antiguo me encantó, y la verdad es que se tapea de maravilla.


Después de comer volvimos a Madrid para ver Stomp y bajamos de nuevo hasta el castillo de Fuentidueña de Tajo con la ilusión de poder hacer fotos a alguna estrella fugaz... sin éxito. Por lo menos nos quedó la foto del castillo.


El domingo hicimos parte de la Ruta por las Vegas, aprovechando que intersecta la de los Castillos por la zona sur de Madrid. Comenzamos en Villarejo de Salvanés, porque teníamos entendido que el castillo tenía horario de visita. Pero oh!, nuestro gozo en un pozo cuando llegamos y estaba todo cerrado.


De ahí, remontamos un poco el Tajuña, hasta Ambite, donde se encuentra una encina milenaria, registrada como uno de los árboles singulares de la Comunidad de Madrid.


Pasamos por Orusco de Tajuña, Carabaña, Tielmes y Perales de Tajuña, y ya que estábamos por la zona, aprovechamos para comprar aceite, vino y jabón de Carabaña.

Colmenar de Oreja ya nos quedaba de camino a Chinchón, donde teníamos idea de ver el castillo y, aprovechando que estaban en fiestas, pasar el resto de la tarde y quedarnos a ver los fuegos artificiales.



En definitiva, aunque algunas cosas podrían haber salido mejor, y me frustró mucho el tema de las estrellas fugaces, y me defraudaron un poco los fuegos artificiales de Chinchón (el año que viene habrá que probar con otro pueblo), un fin de semana divertido, cultural y agotador (en el buen sentido de la palabra, no como una jornada laboral de 12 horas).

Todas las fotos, como he dicho, en Picasa.

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